Una vez concluida la nueva pieza de hierro forjado de Joaquín Esquer, le toca el turno a la peana de madera, que saldrá de un tronco de enebro, trabajada desde una exigencia formidable, con el propósito de seguir rompiendo moldes y superando metas.
Se busca el diálogo entre la obra y todo lo que la sustenta, hablamos, en definitiva, de una profunda meditación sobre la condición y la persistencia de la escultura.
El artista trabajando en el taller |